¿En qué momento se me ocurriría a mi montar un blog en la época negra? En la época negra, sí. En esa época que desgraciadamente se repite al menos una vez por trimestre y que te da ganas de tirarte de los pelos.
Sí queridos estudiantes, hablo de la peor de nuestras pesadillas: la época de exámenes.
Bueno, pues como yo soy una persona tan lista y tan inteligente, se me ocurrió la idea de este blog en uno de esos descansos de cinco minutillos entre trabajo y trabajo, examen y examen. GRAN IDEA, si señor.
La cosa es que ahora me da pena dejar esto un poco abandonado por los exámenes y desde que empecé el blog no he hecho ninguna entrada en condiciones (sí, lo sé, ya era hora...).
Así que aquí me tenéis, tremendamente aburrida de estudiar el sistema fonológico español, con un montón de cosas pendientes, y hasta el cuello de trabajo. Pero un blog es un blog, y se merece un mínimo de respeto. [Aunque dudo sinceramente que alguien venga a visitar este recóndito y escondido lugar de internet ].
Como supongo que os habreis cansado de tanta foto, video y frase (por muy buenos que sean) aquí tenéis vuestra entrada.
Debo admitir que esta tampoco es completamente original, pues aunque digan lo contrario, estoy segura de que el exceso de información en el cerebro como estoy experimentando desde hace unas cuantas semanas, es perjudicial.
Así, hoy he decidido hacer un remix. Sí, un remix. Un remix de dos monólogos que me parecen divertidíííííísimos y que supongo que todos habréis visto alguna vez: el monólogo de las preguntas hipotéticas de Bermúdez, y el monólogo de cosas inevitables, de Miki Nadal.
¿Y a qué viene esto? os preguntaréis. Pues no lo sé. Sólo sé que mis amigas (o más bien conocidas), la imaginación y la originalidad han decidido salir unos días de vacaciones dejándome plantada. Así que la bronca de esta entrada se la echais a ellas...
Hay cosas que hacemos TODOS y absolutamente todos los seres humanos de manera inevitable. Esto es un hecho probado, y que todos hemos podido comprobar viendo las bromas de cámara oculta. Por ejemplo, estamos de compras en un centro comercial y vemos al lado de las escaleras un boton rojo que pone: NO TOCAR. ¡Bueno! Nos falta tiempo para decirle a nuestro hermano pequeño (o hermana): Anda, ve a tocar ese botón que luego te doy una chuche. Pobre crío, ¡qué culpa tendrá él de las gilipolleces que se nos ocurran a los hermanos mayores! Y ya que estamos en el centro comercial, vamos a tocar otro tema: las ecaleras mecánicas. ¿Quién no ha jugado nunca a eso de a ver quién gana? Pero vamos a ver, subnormal. Si intentas subir por las escaleras que bajan lo mas probable es: que termines "reventao", que pierdas la carrera porque una señora mayor con un carro mucho más grande que ella ha decidido bajar por donde tú estás subiendo, o que te la pegues al llegar. Pero eso no es lo peor. Porque, ¿qué hacemos cuando vemos unas escaleras MECÁNICAS paradas? Pues subir por ellas, ¡claro que si! Viva la inteligencia. Ya que puedo hacer un poco de ejercicio en lugar de subir por las que funcionan, ¡adelante! A pegarte la ostia del siglo cuando se pongan en marcha y tú estés por la mitad.
Pero estos son solo unos ejemplos de nuestra inteligencia ya que hay muchos más. Pero, ¿alguien se imagina no hacerlo? NO.
La vida no sería igual sin poder mordisquear los tapes de los bolis Bic, sin poder explotar las bolitas de aire del plástico de envolver, sin poder hacer rimas estúpidas con números como el cinco [por el culo te la h****!!!]
Seamos realistas, sin todas esas cosas seríamos mucho menos felices.
No se vosotros pero yo no me imagino una vida sin tirar de los hilillos que sobresalen de los jerseys.
Un besín.
PD.: Voy a dejar una pregunta en el aire, ¿vosotros por cuanto os comeriáis un dedo?
http://www.youtube.com/watch?v=Qp-rRzBB59Ahttp://www.youtube.com/watch?v=yxWxX8ukDxA